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Las valuaciones de activos han sido solicitadas recurrentemente con la finalidad de cubrir necesidades de información, generalmente para la toma de decisiones en operaciones de negocios, impuestos, contables, financieras y de seguros. Sin embargo, aunque tradicionalmente una valuación inmobiliaria o de negocio es el servicio más representativo que se conoce, es importante considerar que actualmente hay valuadores registrados con designaciones o cédula profesional para diferentes tipos de activos, los cuales pueden ofrecer una importante ventaja por la especialización que requiere la valuación de cada categoría de activos.

Las valuaciones inmobiliarias o de negocios han solucionado la tarea de estimar el valor de los activos que generalmente se consideraban como activos principales dentro de las empresas, sin embargo, desde hace varios años ha surgido la necesidad de integrar al campo de la valuación profesional diferentes categorías que incluyen maquinaria, equipo, mobiliario o arte, o incluso para la valuación de marcas, patentes u otros activos intangibles. Para esta labor existen compañías de consultoría o asesoría en valuación, así como valuadores independientes, que de acuerdo con su perfil profesional, realizan el servicio de estimación de valor comercial o valor razonable para cada categoría de activos.

Anteriormente, muchos valuadores se formaban de forma empírica o a través de diferentes cursos, en donde a través de su experiencia o grado de especialización, podían solicitar registro ante la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas – ahora dividida en Comisión Nacional Bancaria y de Valores y Comisión Nacional de Seguros y Fianzas – ya que esta era la autoridad que certificaba los conocimientos en valuación para instituciones auxiliares de crédito y bancos  en materia de valuaciones.

Sin embargo, desde al año de 1999 y su posterior ratificación en 2002 el reconocimiento como valuador es otorgado a través de cada institución crediticia y de seguros, ya que los registros anteriores fueron derogados como quedó expresado en las circulares referidas “Que debe ser de la exclusiva responsabilidad de cada institución de crédito integrar un padrón de valuadores para la prestación de servicios de avalúos en materia de inmuebles, maquinaria, equipo, agropecuarios, etc…” De esta manera los valuadores se sometieron a certificación y registro por parte de las instituciones de seguro y/o crédito interesadas en contar con un padrón de valuadores para emitir avalúos de uso interno (hipotecarios, etc.).

Por otra parte, y en la búsqueda de profesionalización de los servicios de valuación por parte de valuadores independientes y empresas de asesoría en servicios de valuación para otros fines que no fueran de uso bancario se integraron grupos de profesionales (valuadores y docentes) que impulsaron la creación de especialidades de valuación de acuerdo con diferentes categorías de activos, y se formaron centros de enseñanza profesional dentro de diversos colegios (Colegio de Ingenieros Civiles, Colegio de Arquitectos de México, Colegio de Ingenieros Químicos, etc.) así como en universidades estatales (Universidad de Zacatecas, Universidad Autónoma de Puebla, Etc.) o a través de cursos en el extranjero que incluyeran tópicos de valuación para diferentes activos (American Society of Appraisers, Appraisal Institute, etc.) con la finalidad de integrar diversas especialidades en valuación las cuales otorgan grados de especialidad o posgrado universitario incluyendo el reconocimiento oficial por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) a través de la cédula de “Especialista en Valuación” para el caso de instituciones del país o de designaciones en el caso de asociaciones en el extranjero (ASA, MAI, etc.).

En México se tiene contemplado la valuación de todo tipo de activos a través de cinco diferentes categorías[1]:

  • Valuación de Negocios;
  • Valuación de Inmuebles;
  • Valuación de Maquinaria y Equipo;
  • Valuación de Bienes Agropecuarios, y
  • Valuación de Bienes de Propiedad Personal (Alhajas, Pinturas, Obras de Arte, etc.)* *Especialidad que aún no cuenta programa de estudios con cédula de la SEP.

A través de estas categorías es posible definir las áreas de especialización para cada avalúo que permitan tener la metodología y estándares de procedimientos adecuados para establecer valores con la finalidad de apoyar también a las áreas de administración y finanzas en diversas operaciones legales, financieras, seguros o contables, mediante normas o boletines (actualmente Normas de Información Financiera – NIF) que incluyen la valoración de los activos en diversos requerimientos ya sea de análisis de deterioro (NIF C-15) de asignación de precio de compra (NIF B-7), en la determinación de valores residuales y componetización de sus activos (NIF C-6) o en la implementación y convergencia hacia normas internacionales de información financiera (Fair Value – IFRS).

Una vez definida la categoría de activos y su procedimiento de valuación, se considera que una de las principales ventajas de contar con una valuación no solo es para conocer su valor actual, sino también para identificar su naturaleza, características y condición así como otras variables de importancia para cada categoría de activos, ya sean de naturaleza tangible (edad efectiva, estado de conservación, obsolescencias, etc.) o intangible (medición, amortización, beneficios, etc.).

En la actualidad, la valuación está considerada como una profesión que integra conocimientos de normas y procedimientos que se apegan a reglas generales de aplicación nacional o internacional, que permiten a los especialistas tener un mejor proceso de metodológico para establecer los valores de cada activo considerando procedimientos y estándares otorgando transparencia en la determinación de valores.

visto en https://www.forbes.com.mx/quien-puede-valuar-tus-activos/

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