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El concreto convencional, normalmente usado en pavimentos, edificios y otras estructuras, se sirve de materias primas como piedra caliza, arena, arcilla, marga y óxidos de tiza que tienen varios impactos ambientales negativos, desde su creación, manejo y almacenamiento de los materiales hasta la eliminación de los desechos que resultan ser una fuente de contaminantes para las aguas superficiales y freáticas.
En el 2014 un grupo de jóvenes universitarios interesados en la Tecnología del Concreto se reúne para planear su participación en un certamen interestatal de Diseño de Mezclas de Concreto, sin saber que poco tiempo después cambiarían el rumbo de la tecnología de concretos para el bienestar de la ciudad.
Bajo el lema “No toda investigación o desarrollo científico tiene que quedarse en papeles o tesis de grado”, Gregorio Allan Rodríguez Ortiz y Héctor Martínez, ambos estudiantes de la carrera de ingeniería civil de la Facultad de Estudios Superiores (FES) plantel Aragón, desarrollaron como proyecto escolar un tipo de concreto que tiene la capacidad de purificar el aire hasta un 30 por ciento de las partículas dañinas que flotan en la atmósfera y pueden usarse para acabados de edificios y fachadas.
Allan Rodríguez Ortiz es el fundador de la empresa Ingenia Concretos, donde se venden estas placas de concreto amigables con el medio ambiente, que buscan combatir dos de los principales problemas de la CDMX, la purificación del aire y utilizar el agua de lluvia.
Este producto que pretende sustituir el concreto, al entrar en contacto con rayos ultravioleta degrada los óxidos nitrosos para transformarlos en nitratos; esto permite que el “concreto” actúe como filtro al permitir que el agua de lluvia se reintegre a las reservas del subsuelo o a los mantos acuíferos, sin tener que pasar por la contaminación del alcantarillado. Por si esto fuera poco, la creación de su producto se hace con desechos de basura como fibras orgánicas, caucho de llantas y cascajo.
Este nuevo material, además de ser resistente, puede ser reutilizado para crear un nuevo lote con el mismo material. Puede ser utilizado en delegaciones que se ven afectadas por inundaciones e incluso podrían ayudar para que los monumentos históricos no se sigan hundiendo. También se puede utilizar en banquetas, estacionamientos o jardines.
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