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El COVID-19 ha acelerado las tendencias en los fundamentales, pero, sobre todo, lo referente a los hábitos de consumo. Específicamente en en el retail, se impulsará una subida en la tasa de capitalización de adquisición, posiblemente hasta un 10-11%, si es que ocurren transacciones, menciona la empresa de análisis.

En el sector logístico, al ser uno de los más defensivos, tendrá el reto de organizar su cadena de suministro. Sin embargo, el impacto de la pandemia en los canales de distribución no ha sido menor, principalmente para aquellos que dependen de manufactura originada en China.

Por otro lado, en lo que se reestablecen los servicios de transporte y se da el adecuado seguimiento a los pedidos solicitados pre COVID-19, los inquilinos receptores de esos bienes de capital tendrán que organizar también sus operaciones; lo que seguramente, impactará en los pagos de rentas. Además, la mayoría de ellos -aunque tengan solidez financiera- querrá resguardar la mayor cantidad de caja, dada la incertidumbre en los mercados.

¿Esto impacta en el valor de los activos de un sector menos cíclico? La respuesta que ofrece SiiLA es sí, porque ahora cada contrato llevará un nivel de riesgo implícito ante un posible retraso en el cobro de la renta. 

Los ingresos de la mayoría de los activos se verán afectados durante los siguientes 12-18 meses por dos motivos: aumento en las tasas de desocupación y en el tiempo en el que las propiedades permanecerán sin inquilinos.

Para los próximos meses se pronostican pocas adquisiciones de inmuebles (exceptuando aquellas que llevan tiempo en negociación) y solo los propietarios que tengan una necesidad inmediata por vender el activo estarán dispuestos a aceptar un precio castigado por su inmueble.

El mercado tiene mucho menos liquidez, debido a que varios fondos están cuidando sus reservas de efectivo; lo anterior también puede ser entendido como menor demanda de inmuebles de parte de los jugadores institucionales.

Sin embargo, no todo está perdido; por ejemplo, los diez principales FIBRAs cotizaron a descuento durante el cuarto trimestre del 2019 (último reportado), esto significa que su valor de capitalización está por debajo de su Net Asset Value (NAV), lo cual es atractivo para inversionistas de largo plazo.

Según el índice S&P/BMV FIBRAS, el precio del certificado fiduciario presentó una caída significativa a finales de marzo de este año, cuando vimos los primeros casos de contagios no importados de COVID-19 en México. visto en https://inmobiliare.com

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